Los beneficios de 2017 en Limusa permiten afrontar las inversiones necesarias para prestar un servicio cada vez más sostenible social y ambientalmente

Limusa cierra el ejercicio presupuestario 2017 con un resultado favorable de 1,7 millones de euros, lo que constituye la cifra más alta de su historia. Producto de una gestión eficiente basada en la reducción de deuda y de gastos financieros, y en el aumento de la cifra de negocios, la mercantil pública afronta los retos de 2018 y años sucesivos tanto en lo social como en lo medioambiental con las garantías financieras suficientes como para no gravar la economía del contribuyente.

De hecho, con esta cifra, la empresa constata y garantiza su capacidad para obtener recursos gracias, entre otros factores, a la buena evolución operativa. En ciernes se encuentra, para este año 2018, la puesta en marcha de la celda 3 del vaso de vertido, con un coste de 4,3 millones de euros; el centro logístico, por importe estimado de 1,75 millones de euros, y unas necesidades operativas previstas de 1,2 millones. La sociedad municipal es, hoy por hoy, independiente a nivel financiero del Ayuntamiento de Lorca, de hipotecas, y de autorizaciones de otras administraciones.

Echando la vista atrás, la gestión estratégica llevada a cabo en Limusa en los últimos diez años se podría definir socialmente como previsora. El objetivo ha sido, y ahora se demuestra, anticipar soluciones al bien estar social presente y futuro, sin hipotecar los impuestos de las próximas generaciones. La mejor prueba de ello es cómo se ha pasado de tener un vertedero de residuos agotado, a tener un nuevo vaso de residuos válido para los próximos 40 años.

En este periodo, la empresa pública ha pasado de tener deuda (4,472 millones de euros) a tener fondos para afrontar sus inversiones; de pagar grandes cantidades de intereses por deuda a que sea prácticamente algo residual; de tener unas reservas de menos de 500.000 euros en 2008 a unas reservas acumuladas a finales del 2017 de más de 6 millones de euros; de pagar grandes cantidades de intereses por deuda a que sea prácticamente algo residual; de tener unas reservas inferiores a medio millón de euros en 2008 a unas reservas acumuladas de más de 6 millones de euros; y todo ello, con unas tasas de basura municipales congeladas desde el año 2011, siete años consecutivos.

Crece a ritmo del 40% interanual

En números, 2017 arroja un crecimiento interanual del 38,98% al haber cerrado el año anterior con un resultado de explotación de 1,224 millones de euros. Mientras que el endeudamiento ha caído un 30,68%. En los últimos diez años se ha bajado casi 4 millones de euros, prácticamente el coste de la celda 3 del vaso de vertido, que se está construyendo exclusivamente con recursos propios y sin necesidad de financiación externa. La nueva filosofía de Limusa es la de crear con los impuestos y tasas actuales nuevas infraestructuras que mejoren la sociedad tanto actual como futura.

La cifra de negocio ha vuelto a subir, cerca de medio millón de euros, impulsado por el mayor flujo de recuperación de materiales en la nueva planta del Centro de Gestión de Residuos, tanto de la fracción resto como de la línea selectiva. La compañía cumple su plan estratégico basado en la explotación industrial del Centro de Gestión de Residuos, una infraestructura que con prácticamente 12,5 millones de euros invertidos en cuatro fases (2013, 2014, 2015 y 2016) y otros 6 millones de euros ya aprobados para dotarlo de un nuevo equipamiento e instalaciones para la optimización de procesos de gestión y clasificación de los desechos urbanos, con el objetivo de incrementar la capacidad de recuperación de materiales orgánicos e inorgánicos. Nada tiene que ver con la vetusta planta inaugurada en 1999.

Con esos 1,702 millones de euros de beneficios al cierre del ejercicio 2017, Limusa atesora el mejor resultado económico a final de año de toda su serie histórica, firmando, además, el noveno balance consecutivo en positivo.